Definitivamente, Izquierda Unida ya no es lo que era.
No es lo que era desde la IX Asamblea Federal del pasado noviembre, la que culminó un mes después con la elección de Cayo Lara como coordinador.
No es la que era porque el traspié del 9-M impuso el baño de realidad, la paz interna.
No es la que era desde ayer. Nunca hasta ayer, exactamente a las 20.35, se había visto juntos, en la misma foto y en un mitin, con abrazos, risas y charlas distendidas de por medio, a los tres líderes de IU en los últimos 20 años: Julio Anguita, Gaspar Llamazares y Cayo Lara. Los tres, con el candidato el 7-J, Willy Meyer, y el coordinador andaluz, Diego Valderas. Y tuvo que ser en Córdoba. La ciudad emblema de IU, la única capital de provincia en sus manos. El símbolo que abandonó en abril Rosa Aguilar, su alcaldesa. Una deserción que la cúpula digirió mal el primer día, pero que ahora parece haber metabolizado. Nadie la mentó ayer. Todo lo más, la apelación de Meyer a la "coherencia". "Ser de izquierdas es muy comprometido. Vosotros no os transformáis", reconoció al público.
Pero Córdoba es para IU más que una cicatriz. "Es la metáfora de la Europa con la que soñamos afirmó Llamazares. Hemos sido respetuosos con una historia milenaria, de encuentro, y al tiempo hemos cohesionado los derechos sociales y la participación democrática". Esa Córdoba "roja, la sultana", le completó Lara, representa la "decencia, la honestidad, la rebeldía serena que demostró ya en 1979", cuando el comunista Anguita se hizo con la alcaldía.
Corrupción y huelga general
IU exhibió unidad. También "propuesta, propuesta, propuesta", como se ha aficionado a decir el coordinador. Destacó una nueva: el lunes, pasadas las europeas, la federación propondrá en el Senado una comisión para investigar "toda la corrupción en España, que hay mucha, de los Pirineos a Cádiz". No se preveía ese jaque a PSOE y PP, remiso como era Lara a meterse hasta el cuello en la polémica de la corrupción.
Hubo otro órdago, este más sobado: "¡Si hay reforma laboral, no habrá excusas de los sindicatos para parar la huelga general!", vociferó el líder. Lo decía por la apuesta de ayer de Zapatero en Barcelona: flexibilidad en el mercado de trabajo sin abaratar el despido.
Sin embargo, la campaña no ha terminado para IU. No quiere que finalice, y menos ahora que los sondeos de los dos grandes partidos auguran una subida a la federación. "Nos gustaría tener más días para rellenar el vacío que han dejado PP y PSOE por no hablar de Europa subrayó Meyer. Ha sido la peor campaña de este país". Los 15 días del "esperpento, de lo chusco", añadió Llamazares. "Así que ni ceja ni Oreja, sino más roja", gritó el ex líder. Todo eso lo dilucidará el 7-J.
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