Los proyectos estrella de este mandato no son nuevos, ni siquiera son estrella: la pasarela ya la llevaba en su programa electoral Juan Escribano en el año 1999; el teatro es una aspiración local que aparece en documentos electorales, también desde 1999; los huertos son los de más larga implantación de toda la historia (se nos han vendido en al menos tres ocasiones, 12 años, y siempre los remozan para la traca final, aunque en los cuatro años restantes están abandonados).
Las pistas de pádel también han tardado dos mandatos en hacerse realidad… o semi realidad más bien.
Promesas de cartón
El Colegio Mayor se recuperará para uso del pueblo; se creará un parque periurbano en la cornisa del Aljarafe; se levantará un ambulatorio de última generación; tendremos un instituto que de servicio a nuestro pueblo; por supuesto que un campo de fútbol de césped artificial, etc.
Todos estos proyectos, que llevan sobre la mesa prácticamente 12 años también, propuestos por todos los partidos, no tienen ninguna novedad de cara al pueblo, pero si en cuanto a la capacidad de gestión del gobierno municipal, que va a 12 años por cada uno de esos grandes proyectos, y su agotamiento, falta de originalidad y poca ambición política.
La pasarela o el teatro han tardado 12 años en llegar
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